Tras la declaración de independencia del 4 de julio de 1776 el recién nacido país conocido como Estados Unidos necesitaba una bandera, un estandarte bajo el que identificarse.
La historia más popular acerca del diseño de la bandera cuenta que George Washington, acudió al taller de la tapicera Betsy Ross con el cometido de que ella misma la confeccionase. El diseño original contaba con trece estrellas formando un círculo. El cambio se produjo según se incorporaron nuevos estados.
Betsy Ross |
En Estados Unidos la bandera está muy presente en el día a día, no solo ondea en edificios de la Administración Pública, sino también en propiedades privadas, pues es muy común verlas colgando de los porches de las casas. No está atada a ningún ideario, al contrario que en otros países, donde la bandera parece ir unida a una u otra doctrina y que personalmente me parece una absurdez (siempre que represente a un estado democrático, dejémoslo claro).
Los estadounidenses tienen un patriotismo bastante desarrollado (sin ningún sentido peyorativo) por lo que la bandera se exhibe como muestra de respeto y orgullo hacía el país y es el símbolo más reverenciado.
Existen numerosas normas acerca de cómo se debe izar, recoger o tratar la bandera, pero muchas veces algunas son ignoradas. Un ejemplo es la norma que prohibe mostrar la bandera en anuncios o impresa en artículos de uso diario, una regla que, como es obvio, nadie obedece.
La simbología de los colores fue fijada por la Cámara de Representantes concretando que, el blanco simboliza la libertad, el rojo el coraje y el azul la justicia.
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